
En los últimos dos meses, la caída del consumo de vinos en Argentina ha comenzado a frenarse. En septiembre, la disminución fue del 1.1%, un leve descenso en comparación con el 1.2% del mes anterior.
Este amesetamiento sugiere que la tendencia negativa podría revertirse hacia fin de año, periodo en el que suele aumentar el consumo de bebidas alcohólicas.
Si se analiza el vino fraccionado en botellas, que agrega valor a la industria, se observa un incremento del 2.3% en los primeros 10 meses del año. No obstante, ciertos tipos de embotellados, como los espumantes, han experimentado una caída significativa del 34.4%. Sin embargo, es importante señalar que el volumen de estos vinos es relativamente bajo y no impacta de manera considerable en las estadísticas generales.
En cuanto al fraccionamiento en otros formatos, se registraron caídas del 4.3% en tetra brik, del 22.2% en damajuanas y del 16.4% en latas.
El sector vitivinícola interpreta este amesetamiento como una señal de recuperación económica, lo que podría estar motivando a la población a regresar al consumo de vinos. Además, ciertos nichos de mercado, como los vinos blancos, rosados y naranjos dulces, continúan en crecimiento.

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