
Desigualdad, pobreza y consumo en baja: radiografía de la clase media argentina en crisis
País10/04/2025
La realidad económica hace que la clase media argentina se reduzca y con ella se debilite la premisa histórica de movilidad social ascendente, en un contexto de desigualdad creciente, pobreza estructural y menor consumo.
El tener un empleo no garantiza en la actualidad un nivel de ingreso que impida caer en la pobreza. Está en crisis la movilidad social ascendente.
Realidad económica mediante, la clase media argentina -termómetro de la pujanza- se ha ido contrayendo con el paso de los años, y con ello se ha puesto en crisis el "leimotiv" nacional de la movilidad social ascendente. Años de deterioro en los ingresos de los hogares, así como también una mayor acumulación de las riquezas en una pequeña porción de la sociedad, explican el fenómeno.
El Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) publicó la performance de tres indicadores que, analizados de forma conjunta, permiten observar este deterioro colectivo de las clases medias, si se las diferencia entre media baja y media alta.
Desigualdad y pobreza en máximos de los últimos 30 años
La desigualdad cedió levemente hacia fines de 2024, pero sigue siendo tan alta como lo fue durante el segundo trimestre de 2021, teniendo siempre en cuenta que el segundo y el cuarto trimestre son comparables debido a que no tienen incluido el medio aguinaldo. El coeficiente de Gini, que mide el ingreso per cápita familiar de las personas en el total de los 31 aglomerados urbanos, se ubicó en 0,430, mientras que en el cierre de 2023 se posicionó en 0,435, apenas por encima.
En paralelo, se conoció que la pobreza afectó al 38,1% de la población argentina, con un 8,2% en situación de indigencia. De esta manera, mostró una baja respecto al primer semestre del año pasado, cuando se conoció que más de la mitad de la población era pobre (52,9%), pero también frente al mismo período del año pasado, cuando la pobreza alcanzó al 41,7% de los habitantes.
A fines de 2023, la pobreza afectó a unos 19,5 millones de personas, mientras que en el último semestre de 2024 alcanzó a 17,9 millones. Las cifras oficiales indican que unos 1,6 millones de personas salieron de la pobreza entre el segundo semestre de 2023 y el de 2024. Esta caída de la pobreza, según explican los especialistas, está aún relacionada con la baja de la inflación.
En las series estadísticas de los últimos años, estos datos todavía son altos: "La desigualdad de ingresos se encuentra hoy en niveles superiores a los de hace 50 años", explica Argendata, reservorio de datos de Fundar. En esa línea, se destaca que la métrica fluctuó significativamente en las últimas cinco décadas, alcanzando picos en las dos crisis económicas más severas, como lo fueron la hiperinflación en 1989 y la crisis de la convertibilidad en el 2001-2002. En aquel momento, el coeficiente de Gini se ubicó en 52,3 y 53, respectivamente.
"Luego se observa una progresiva reducción en la década del 2000, coincidente con un mejor escenario internacional, crecimiento económico sostenido y la extensión del sistema de protección social. Finalmente, desde hace casi una década la desigualdad alcanzó una meseta con ligera tendencia al alza. Los niveles de desigualdad actuales son semejantes a los del retorno democrático de la década de 1980 y superiores a los de hace 50 años", analizan.
Algo similar ocurre con la pobreza, que en los últimos 30 años nunca fue menor al 25%. El dato más bajo fue el registrado en el segundo semestre de 2017, cuando se ubicó en 25,7%. A partir de allí se disparó casi 10 puntos porcentuales (p.p.) por la crisis cambiaria del gobierno de Mauricio Macri y con la pandemia creció más de 6 p. p. "Posteriormente se recuperó casi completamente esa suba entre 2021 y la primera parte de 2022. Desde entonces hubo un nuevo retroceso que hizo que la pobreza volviera a superar el 40% en 2023, e incluso el 50% a principios de 2024", menciona Argendata.
¿Qué pasa con el desempleo?
"En los últimos años, la tasa de desempleo de Argentina estuvo en los menores niveles de las últimas tres décadas", destaca Argendata. Y es verdad, aunque el hecho de tener un empleo no implica que una persona esté fuera de la pobreza, en función del deterioro de los ingresos.
La desocupación cerró el último trimestre de 2024 con el 6,4%, sustancialmente por debajo del pico de casi 20% registrado en 2002 o del 18,8% con el que Carlos Menem ganó su reelección en 1995. En contraste, la pobreza está en niveles similares. En el segundo semestre de 1995 se ubicó en el 38,5%, apenas por encima del indicador con el que cerró el 2024 (38,1%). Aunque sí difiere con el dato de la salida de crisis de la convertibilidad, que había llegado al 65,5% en el último período de 2002.
Esto demuestra que tener un empleo no otorga la posibilidad de asegurar los ingresos suficientes para llegar a fin de mes. En los tiempos modernos, en Argentina, el "leitmotiv" de la "movilidad ascendente" entró en crisis con la creciente retracción de la clase media desde el 2017. Como bien explica Daniel Schteingart a Ámbito, "el concepto de clase media amplio, la medición por ingresos -que es la utilizada por el Banco Mundial- muestra que la población de clase media es el reverso del porcentaje de población que es pobre. Mientras sube la pobreza, baja el porcentaje de clase media y viceversa".
El consumo, en retroceso
En esa línea, el consumo solo en diciembre cayó 18% y mostró una desaceleración frente al pico de septiembre, según la medición de la consultora Scentia. En el acumulado anual, cayó 13,9% frente al mismo mes del 2023 y se posiciona como uno de los peores años en los últimos 20, aproximadamente.
La contracción es parecida entre supermercado de cadenas (-17,3% mensual) y autoservicios independientes en AMBA (-18,7% mensual), aunque fue más pronunciada en este último segmento. Frente a diciembre de 2023, las ventas se retrotrajeron 14,5% y 13,4%, respectivamente.
En el desagregado, se observan fuertes caídas en el rubro de bebidas sin alcohol (-24,4%), bebidas con alcohol (-22,7%) e higiene y cosmética (-21%).
En tanto, las ventas totales acumuladas en shoppings a precios constantes cayeron 5,8% frente al mismo período del año pasado.
La última pirámide social medida por ingresos realizada por W consultora muestra que el 26% de la población es de clase baja y el mismo porcentaje es de clase baja superior. Por lo tanto, el 52% de la población es de clase baja.
Los datos demuestran que la clase media se reduce y se genera una mayor concentración de la riqueza en un sector cada vez más reducido. El 26% de la población es de clase media baja y el 17% de media alta. Sumado alcanza al 43%. En tanto, sólo el 5% es de clase alta.
La narrativa de la movilidad social ascendente entró en crisis
Con la creciente caída de la clase media, la narrativa de la "movilidad social ascendente" también cayó en crisis. Una reciente encuesta de Fundar muestra un fuerte debilitamiento de esta creencia tradicional entre los jóvenes de barrios populares, que antes aspiraban a ascender socialmente sobre todo en base al esfuerzo en estudios y trabajo.
Entre los encuestados, el 40% de ellos sigue relatando su vida a partir de ella, sin embargo, expresan serias dudas sobre sus posibilidades de realizarla; en el medio, el 20% reduce sus aspiraciones al mínimo; y otro 40% las abandona (”yo ya no tengo futuro”) y vive instalado en el presente.
"La narrativa de la movilidad social ascendente mediante el esfuerzo en el estudio y en el trabajo sigue vigente, pero sólo para un grupo de jóvenes, e incluso a estos les resulta difícil sostenerla dadas las oportunidades y recursos efectivamente disponibles", añade la encuesta.
El abandono de esta narrativa encuentra su explicación en dos variables: la falta de oportunidades; y los pocos que logran concretar sus aspiraciones.