
El presidente venezolano ha dispuesto que las festividades comiencen el 1° de octubre, en un contexto de tensiones internacionales.
Nicolás Maduro, presidente de Venezuela, ha anunciado el adelanto de las celebraciones navideñas para iniciar el 1° de octubre. Esta decisión, comunicada en su programa semanal, se inscribe en una estrategia que el régimen ha implementado en años anteriores, buscando generar un clima festivo en medio de la crisis económica y social que atraviesa el país.
La justificación oficial del mandatario para esta medida radica en la necesidad de "defender el derecho a la felicidad" del pueblo venezolano. Según Maduro, esta iniciativa ha demostrado ser efectiva en el pasado para estimular la economía y promover un ambiente de celebración, especialmente en un contexto donde el régimen enfrenta lo que califica como "amenazas" provenientes de Estados Unidos.
Este anuncio coincide con un aumento en la presencia militar estadounidense en el mar Caribe, lo que el gobierno interpreta como una presión externa destinada a provocar un cambio de régimen. En este sentido, el adelanto de la Navidad podría ser visto no solo como un intento de distracción, sino también como un mecanismo para consolidar el apoyo popular en un momento de creciente incertidumbre.




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