
Polémica en el sector vitivinícola por suba del 45% en el gravamen de COVIAR
Actualidad08/08/2025
Autoridades provinciales expresaron su rechazo ante el fuerte aumento de las contribuciones obligatorias dispuesto por la Corporación Vitivinícola Argentina.
Un nuevo conflicto sacude al sector vitivinícola: la Corporación Vitivinícola Argentina (COVIAR) decidió aumentar en un 45% el gravamen que deben pagar los productores y bodegas del país. La medida, oficializada a través del Boletín Oficial mediante el Acta 187/2025, comenzará a regir en el ejercicio 2025 y ha generado una fuerte reacción por parte de autoridades provinciales.
"Se trata de una medida que impacta directamente a nuestros productores y a nuestras bodegas, lo cual afecta la producción local. Además, no cuenta con ningún consenso y atenta contra la competitividad del sector", afirmó el ministro de Producción, Gustavo Fernández.
El funcionario aseguró que, en conjunto con la provincia de Mendoza, se están analizando acciones para revertir la medida a través del Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV) y la Secretaría de Agricultura de la Nación. "Reafirmamos nuestro compromiso con una vitivinicultura sostenible, competitiva y basada en el consenso", añadió.
El aumento del 45% fue definido por la COVIAR en el marco de sus facultades otorgadas por la Ley 25.849, que regula la actividad vitivinícola en Argentina. A continuación, los nuevos valores que regirán para la temporada 2025:
Vino elaborado, mosto sulfitado o virgen y otros productos sin concentración: de $0,584813 a $0,84797885 por litro.
Producto fraccionado sin indicación de variedades: de $0,493062 a $0,7149399 por litro.
Producto fraccionado con indicación de variedades, champagne y vinos especiales: de $0,807637 a $1,17107365 por litro.
Mosto concentrado para consumo interno y/o exportación: de $3,022086 a $4,3820247 por litro.
Uva ingresada a establecimientos procesadores (fresco y pasas): de $0,484286 a $0,7022147 por kilo.
El ajuste ha sido recibido con críticas por parte del sector, que advierte sobre un nuevo golpe a la rentabilidad de la producción vitivinícola, en un contexto de alta presión impositiva y caída del consumo interno.