
Aunque algunos indicadores muestran una leve recuperación del consumo interno de carne en el país, el sector en San Juan no percibe mejoras significativas.
Así lo expresó Sebastián Parra, distribuidor de carne, quien explicó que el aumento del 5% registrado en el primer semestre del año no ha logrado revertir la caída histórica del consumo per cápita.
“Ese 5% es tan ínfimo que no se percibe. Venimos del año más bajo en consumo desde que se mide, que fue en 2023. Fue el punto más bajo en más de 100 años, desde que comenzó la medición en 1916”, afirmó Parra en declaraciones radiales.
Actualmente, el consumo per cápita ronda los 50 kilos por persona por año, frente a los 48 kilos de 2023, pero aún muy lejos del promedio histórico argentino de 65 a 67 kilos, y mucho más de los 90 kilos que se consumían a principios del siglo XX.
Según el distribuidor, factores como los fines de semana largos o la estacionalidad pueden generar picos de consumo, pero el comportamiento general sigue siendo de retracción. “Hablás con los dueños de los negocios y todos coinciden en que no hay una mejora real. El consumo está muy atado al poder adquisitivo”, explicó.
Consultado sobre la relativa estabilidad de precios en carnicerías, Parra señaló que eso no se debe a una mejora económica, sino a la baja demanda y a la competencia feroz entre comercios. “Han bajado los precios en algunos cortes, pero porque las carnicerías achicaron márgenes: antes era del 30%, ahora del 11 o 12%. Varias han cerrado”, señaló.
Este escenario llevó a una mayor cautela en el sector, donde muchos comercios han ajustado gastos, e incluso enfrentado despidos.
Finalmente, Parra destacó que el factor determinante sigue siendo el bolsillo del consumidor. “Hoy, con 5 mil pesos no comprás lo que comprabas antes. Para un kilo de carne ahora necesitás 10 o 11 mil pesos. La gente compra lo que le alcanza con el dinero que lleva”, concluyó.