Ascenso inolvidable: la historia del padre e hijo que hicieron historia con Defensores

El ascenso de Defensores de Argentinos a Primera tuvo un capítulo especial, uno que trasciende lo deportivo y se mete de lleno en el corazón del fútbol: Sergio y Lautaro Romero, padre e hijo, fueron parte del plantel que llevó al club a lo más alto por primera vez en su historia.

Sergio, arquero de futsal durante más de una década, dio el salto al fútbol 11 este año para afrontar la parte final del torneo. “Fue todo un desafío. El arco grande exige otra cosa, pero lo viví con mucha emoción”, contó. La alegría se multiplicó al compartir cancha con su hijo: “Es algo único, maravilloso. Yo siempre dije que íbamos a ascender, y se dio”.

Del lado de Lautaro, la felicidad es doble. Con 18 años, jugó su primera temporada en Primera y logró un ascenso histórico. “Todavía no caigo. Compartir este momento con mi viejo es mágico. Voy a insistir para que siga jugando”, dijo entre risas.

La relación futbolera entre ambos viene desde la infancia del joven, quien se inició en el deporte influenciado por su padre: “Me metió en el fútbol desde chico… aunque por suerte no seguí sus pasos de arquero”, bromeó.

En la final ante Villa Hipódromo, Sergio tuvo una atajada decisiva sobre la línea, una jugada que hoy se recuerda como punto clave del histórico 2-0. “No veía nada por la gente que tenía adelante, pero reaccioné a tiempo. Fue una locura”, relató.

Dos generaciones, un mismo sueño y un ascenso que la familia Romero jamás olvidará.

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