La violencia en la escuela afecta a 6 de cada 10 chicos de primaria y el 36% se sintió discriminado

Actualidad24/07/2025e Noticiase Noticias

El clima escolar tiene un impacto directo en los aprendizajes: de acuerdo a un informe, en la Argentina el 36% de los alumnos de 6° grado se sintió discriminado y el 63% dijo haber sufrido algún forma de agresión, ya sea en la escuela o en redes sociales, según datos de las pruebas Aprender 2023. Especialistas advierten que aún faltan estrategias integrales que fortalezcan las habilidades socioemocionales y promuevan vínculos positivos para mejorar la convivencia.

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 La discriminación afecta al 36% de los alumnos de 6° grado en escuelas primarias (en promedio) en todo el país.


Un reciente informe alerta sobre los problemas de violencia y convivencia en el ámbito escolar, a través de un dato preocupante. De acuerdo a los datos recabados, el 63% de los estudiantes de 6° grado de la primaria asegura haber sido víctima de alguna forma de agresión, ya sea en el aula o en redes sociales.

El trabajo publicado por el observatorio de Argentinos por la Educación (AE) pone la lupa sobre los desafíos de convivencia en las escuelas primarias de la Argentina. En momentos donde el humor social se encuentra alterado y loa ánimos en estado de conflicto, este análisis muestra cómo esos factores inciden en la dinámica de las comunidades educativas.

 
Mediante el informe titulado “Desafíos de convivencia en la escuela primaria: discriminación y conflictos entre pares”, con autoría de Mercedes Sidders (Innovations for Poverty Action), María Sol Alzú y Leyre Sáenz Guillén (Argentinos por la Educación), los expertos analizaron las respuestas de los estudiantes de 6° grado sobre clima escolar en el cuestionario de la prueba Aprender 2023, al mismo tiempo que indaga sobre las estrategias para abordar los conflictos en la escuela.
Si bien la mayoría de los alumnos reporta tener amigos y sentirse contenidos en la escuela, más de la mitad también admite haberse sentido excluido, el 40% fuera de lugar y el 36% solo.
 
La violencia escolar afecta los rendimientos y aprendizajes del niño.


Discriminación en la escuela: el aspecto físico y la identidad de género, entre los principales motivos
El 36% de los estudiantes encuestados afirmó haberse sentido discriminado en la escuela. Las causas más frecuentes incluyen el aspecto físico (13%), los gustos personales (11%) y la orientación sexual, identidad o expresión de género (9%).

Además, un 17% de los chicos mencionó “otros motivos” como razón de la discriminación, lo que indica que aún hay aspectos no suficientemente visibilizados por los instrumentos de medición actuales (ver gráfico 1).


Violencia entre pares, un problema extendido en el espacio escolar


Otro punto que tomó este informe como dato alarmante es el de la acción en los hechos de violencia escolar, dado que lo conflictos no se quedan en la percepción. Según el análisis, 3 de cada 10 chicos (un 34%, ver gráfico 2) reconocen haber agredido a un compañero y más de la mitad (56%) fue testigo de situaciones de violencia.

Entre las formas más comunes de agresión figuran las mentiras, las amenazas, el robo o daño de pertenencias y las agresiones físicas o verbales, tanto presenciales como virtuales, mediante las redes sociales preferentemente.

Sobre este último punto emerge un dato que causa una preocupación cada vez mayor: el 63% reporta haber sido víctima de alguna agresión o situación de violencia, ya sea en la escuela o en redes sociales en ese año, es decir, que 6 de cada 10 chicos manifestó ser objeto de malas experiencias en relación a sus pares.


¿Hay más violencia y problemas de convivencia escolar en la actualidad?


Año tras año, la preocupación por lo que pasa en el ambiente escolar desvela a los padres, docentes, directivos y otros protagonistas de la comunidad educativa. De allí surge una percepción sobre los problemas de convivencia y la violencia en el aula: ¿es actualmente un momento de mayor conflictividad en ese sentido?

Para indagar sobre este asunto, Ámbito dialogó con Paola Zabala, consultora psicológica, especialista en bullying o acoso escolar y directora de "Comunidad Anti Bullying Argentina". Ante la consulta, la especialista explicó: "La percepción de que hoy hay más violencia escolar que en décadas anteriores desde una perspectiva basada en la evidencia no es factible de demostrar, porque una de las asignaturas pendientes que tenemos con esta problemática es la falta de datos estadísticos oficiales sobre la problemática de bullying, sin ellos nos quedamos en el terreno de la percepción. Pero los datos obligarían a las instituciones escolares a reconocer y actuar, como también al estado a diseñar políticas públicas y asignar recursos".

En ese sentido, Zabala reflexionó: "¿Por que parecería haber más violencia? Hoy existe una mayor consciencia social, y sensibilidad de parte de los adultos. Antes se lo naturalizaba como “cosas de chicos”, hoy tenemos una lucidez más importante respecto a las consecuencias y al impacto". Según la especialista en bullying, "lo que podemos evidenciar es mayor visibilidad, diversificación y complejidad de las agresiones".

Los discursos sociales como forma de naturalizar la violencia


Otro punto clave para abordar la problemáticas de los problemas de convivencia en la escuela es el de los discursos sociales, donde figuras públicas (políticos y famosos por ejemplo) emiten mensajes sin medir consecuencias, donde se naturalizan cuestiones negativas, sin hacer uso de la razón, apelando a lo "emocional". Esto es el puntapié para lo que comúnmente se conoce como "discursos de odio", derivan en actos de discriminación. No obstante, el universo es lamentablente amplio en ese sentido: misoginia, insultos, humillación y otras cuestiones que también impactan en el día a día de la escuela.

"Cuando los discursos políticos trivializan el bullying, descalifican al diferente o promueven el desprecio, la violencia, la agresión como forma de debate, los chicos lo aprenden, lo replican y normalizan. Hoy hemos naturalizado el sarcasmo, la humillación, y la agresión verbal como herramienta de comunicación. Me pregunto entonces, cómo enseñar desde la escuela valores como el respeto, la empatía y la inclusión cuando luego se reproducen en redes y medios de comunicación estos agravios", enfatizó Zabala.

"No es un hecho menor que hoy reaparezcan en espacios mediáticos acompañados de estas políticas, discursos retrógrados y misóginos con ideas ya superadas. No es ilógico pensar que legitimar estas ideas conlleva luego a que se repliquen en el aula, el recreo y los vínculos. Necesitamos reconstruir una narrativa pública que valore la igualdad, la diversidad y el respeto como pilares de convivencia democrática", consideró la especialista.

La respuesta escolar: tradicional y limitada


El trabajo de AE también indagó sobre la respuesta que las autoridades (maestros y directivos de las escuelas), familias y otros actores de la comunidad escolar aplican cuando se presente este tipo de situaciones de violencia en el ámbito educativo.

Por caso, el 87% de los estudiantes indicó que los conflictos suelen resolverse hablando con docentes o directivos. Le siguen las notas a las familias (52%) y las reuniones presenciales (51%).

Sin embargo, estrategias con mayor potencial transformador, como talleres reflexivos (28%), actividades colaborativas (11%) o el involucramiento del equipo de orientación escolar (11%), son menos frecuentes. Solo un 10% mencionó que los conflictos directamente "se dejan pasar".


La situación de la violencia en la escuela a nivel país


La discriminación aparece como un fenómeno extendido: en promedio, el 36% de los estudiantes afirma haberse sentido discriminado en la escuela, con diferencias notables entre las provincias y entre sectores de gestión.

Las provincias con mayor proporción de estudiantes que reportan haber vivido situaciones de discriminación son Chaco (49%), Santiago del Estero (46%) y La Rioja (45%). A nivel país, en las escuelas estatales, la proporción es 42%, mientras que en las privadas desciende al 21%.

Para Pablo Mainer, fundador de la ONG "Hablemos de bullying" y especialista en la materia, aclaró que los datos del informe "no necesariamente indican que en esas provincias haya “más violencia”, sino que reflejan cómo viven y sienten la convivencia los propios chicos". "Medir la violencia escolar es muy complejo porque muchos casos ni siquiera se expresan o no hay espacios adecuados para hacerlo. Por eso, más allá de que haya provincias con cifras más altas de percepción, lo importante es entender que el problema está instalado en todo el país y que todas las escuelas, de todas las regiones, necesitan abordarlo con la misma fuerza y compromiso", dijo ante la consulta de Ámbito.

 
Argentinos por la Educación


Según Mainer, para desarticular los grados de violencia escolar es clave abordar el clima escolar en sus cuatro dimensiones: gestión, relaciones, comunicación y normas. "En gestión, se necesita un liderazgo institucional que no solo reaccione, sino que diseñe políticas preventivas: formación y acompañamiento al personal, inclusión de familias, y gestión emocional como parte del día a día. En la dimensión de relaciones, pasamos de observadores pasivos (compañeros, docentes, familias) a actores activos: promovemos instancias colaborativas, círculos de diálogo y proyectos grupales, donde niñas y niños aprenden a escuchar, empatizar y reparar. La evidencia demuestra que ese cambio de rol –de pasividad a participación– fortalece la convivencia", indicó.

Respecto a la comunicación, Mainer señaló que "impulsamos espacios abiertos para que se expresen emociones y conflictos de forma segura, transparente y respetuosa. No alcanza con registrar incidentes: necesitamos diálogo constante, escucha activa, orientación emocional y retorno efectivo de lo implicado, incluso mediante redes familiares". En lo que respecta a las normas, el especialista detalló: "Trabajamos con la comunidad escolar para construir y construir colectivamente reglas inclusivas, integradas en la convivencia diaria, no impuestas. Incorporar la educación emocional, las prácticas restaurativas y los valores como la empatía y la justicia no debe estar en áreas aparte, sino tan presente como otras materias".

El impacto de la violencia escolar en el niño: la dinámica del bullying


En paralelo, el chico se ve afectado por un entorno hostil, donde no encuentra una respuesta positiva de sus pares por la agresión y la discriminación. "El impacto que tiene la violencia entre pares en la vida de los chicos es profundo y muchas veces subestimado", expresó Mainer.

En esa línea, el especialista aclaró que "no es lo mismo un conflicto puntual o una situación aislada de discriminación que un caso de bullying sostenido en el tiempo". "En el bullying existe una asimetría de poder clara, donde uno o más chicos ejercen agresión sistemática sobre otro, y eso no solo genera malestar, sino consecuencias mucho más graves. En esos casos, lo que vemos son efectos concretos en la autoestima, en la salud mental, en la motivación para aprender, en la capacidad de socializar y en el vínculo que ese chico tiene con la escuela y con los adultos", precisó Mainer.

 
El bullying trasciende el espacio físico de la escuela y se amplía en las redes sociales.

El conflicto con los vínculos en la escuela, bullying de por medio, puede generar "ansiedad, síntomas depresivos, miedo constante, indefensión aprendida –esa sensación de que no importa lo que haga, nada va a cambiar–, aislamiento social y un deterioro sostenido en su rendimiento escolar", explicó Mainer. Por eso, añadió, que "cuando un chico la pasa mal, no aprende. Es así de directo. Y por eso insistimos tanto en que las políticas de convivencia no son un extra o un complemento: son una condición para que el derecho a la educación se cumpla de verdad".

"Por eso no alcanza con intervenir solo ante la emergencia: necesitamos construir escuelas donde la convivencia se trabaje tanto como Matemática o Lengua, y donde la prevención, la reparación y el cuidado de los vínculos sean parte de la cultura escolar cotidiana", afirmó.

Violencia y agresión en la convivencia escolar: qué funciona y qué falta hacer
El informe subraya que existen enfoques efectivos y probados internacionalmente para mejorar el clima escolar, como el modelo integral de toda la escuela, el “Whole-school approach”, que involucra a toda la comunidad educativa de manera proactiva.

Mercedes Sidders, coautora del informe y responsable de políticas en Innovations for Poverty Action (IPA) explicó: "Si bien las escuelas suelen intervenir ante los conflictos, la respuesta muchas veces es fragmentada. Hay margen para mejorar, especialmente a través de enfoques más integrales y preventivos que involucren activamente a docentes, estudiantes y familias. Estas estrategias no solo abordan los conflictos cuando ocurren, sino que transforman las normas sociales que los habilitan, y ayudan a construir comunidades escolares más seguras e inclusivas”.

En línea con el planteo de Sidders, para Alejandro Castro Santander, director del Observatorio de la Convivencia Escolar de la UCA, "la experiencia internacional demuestra que las estrategias integrales pueden reducir la violencia en hasta un 42%". "Por eso, la Argentina debe avanzar hacia un nuevo paradigma que reconozca cada aula como una ‘pequeña república’ donde cada voz cuenta y cada diferencia enriquece", agregó.

Santander consideró que se deben "incluir habilidades socioafectivas (empatía, asertividad, regulación de emociones y sentimientos y resolución pacífica de conflictos) en igualdad de condiciones que matemáticas o lengua, y aplicar prácticas restaurativas como círculos de diálogo y proyectos colaborativos, transformará las sanciones en oportunidades de reparación y crecimiento”.

Pablo Mainer aportó: "Un ejemplo concreto desde Hablemos de Bullying es intervenir desde la crianza y la escuela. Revisamos estilos familiares –pasar de autoritarismos a escucha activa– y capacitamos a equipos docentes en modelos institucionales preventivos. Facilitamos talleres socioemocionales en aula, hacemos círculos restaurativos después de conflictos, y acompañamos a los adultos a ser referentes de diálogo y reparación. Así, pasamos de reacciones donde solo se responde al problema, a ambientes dinámicos donde desde la gestión hasta las normas y la comunicación, toda la comunidad educativa actúa para prevenir, transformar, reparar y construir relaciones más sanas y seguras", precisó, como formas de dar respuesta a este problema de la violencia escolar y crear conciencia, en un momento donde la sociedad parece seguir modelos de individualismo exacerbado, lo que rompe con todo tipo de lazos solidarios y de vinculación en base al respeto y el entendimiento.
 

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