
Mientras predica el ajuste, el Gobierno nacional amplía la estructura de la Secretaría de Medios
País23/04/2025
En contraste con el discurso oficial de austeridad y reducción del gasto público, la Secretaría de Medios y Comunicación de la Presidencia, encabezada por el vocero presidencial Manuel Adorni, incrementó su planta de personal en los últimos meses y hoy gestiona un presupuesto anual cercano a los 30.000 millones de pesos.
Así lo reveló la periodista Mariel Fitz Patrick en A24, a partir de datos oficiales brindados por el jefe de Gabinete, Guillermo Francos.
Según la información publicada, al 31 de marzo de 2025, la Secretaría contaba con 248 empleados, lo que representa un aumento respecto a los 208 registrados en noviembre de 2024, justo antes de que Javier Milei asumiera la presidencia. Este crecimiento de personal se dio en un contexto de despidos masivos en distintos organismos del Estado y bajo la consigna presidencial de avanzar hacia un "Estado mínimo".
La expansión del área se produjo tras la renuncia del ex secretario de Prensa, Eduardo Serenellini, en enero. Tras su salida, la estructura fue absorbida por Adorni, quien en un primer momento decidió prescindir de unas 60 personas. Sin embargo, en apenas tres meses, la dotación no solo se recuperó, sino que superó los niveles previos, lo que deja en evidencia una contradicción con el relato oficial de ajuste.
Actualmente, dentro de los 248 empleados hay 18 directores, 12 coordinadores, 14 responsables de área, 14 consultores y más de 50 asesores, analistas y asistentes, configurando una estructura altamente jerarquizada. Las funciones de la Secretaría incluyen la gestión de las conferencias de prensa, transmisiones oficiales, desgrabaciones, gacetillas, manejo de redes sociales del gobierno y coordinación de los voceros de cada ministerio.
La revelación alimenta el debate sobre la coherencia entre el discurso presidencial y las decisiones administrativas que se están tomando en áreas sensibles. Mientras se ejecutan recortes en salud, educación y organismos científicos, la expansión de una dependencia dedicada al control del mensaje gubernamental y la narrativa oficial genera cuestionamientos desde la oposición y sectores críticos.







