El dictador venezolano Nicolás Maduro anunció que finalmente no viajará a la Argentina para participar de la cumbre de la CELAC pese a los preparativos que se habían realizado para contar con su presencia.
“En las últimas horas hemos sido informados de manera irrebatible de un plan elaborado en el seno de la derecha neofascista, cuyo objetivo es llevar a cabo una serie de agresiones en contra de nuestra delegación encabezada por el presidente”, dice un comunicado del régimen chavista.
En vista de ello, prosigue el escrito, el mandatario tomó “la decisión responsable” de enviar al canciller, Yván Gil, “como jefe de delegación con las instrucciones de llevar la voz del pueblo de Venezuela”.
La dictadura venezolana denunció que sectores de la derecha “pretenden montar un show deplorable a fin de perturbar los efectos positivos” de la cumbre, “y así contribuir a la campaña de descrédito” contra Venezuela, un plan, aseguró, “emprendido” desde Estados Unidos.
Así, “ante este escenario de planes extravagantes diseñados por extremistas de la derecha” y “con el fin de aportar al buen desarrollo y culminación exitosa” de la actividad, Maduro decidió no acudir a esta cita.