
El termo se transforma: Lumilagro lleva su producción a China y achica su planta en el país
País11/07/2025
La empresa que acompañó generaciones de materos apuesta por un modelo mixto para adaptarse a un mercado golpeado por el contrabando, la desprotección industrial y el cambio en los hábitos de consumo.
La tradicional fabricante argentina de termos Lumilagro reorganizó su negocio para sostener su presencia en el mercado local y avanzará con un esquema mixto de producción nacional e importación. Presionada por la competencia de termos de acero de bajo costo que ingresan desde Asia, y por el impacto del contrabando en su capacidad de venta y producción, la compañía implementó un cambio profundo en su modelo operativo.
El gerente comercial de Lumilagro, Carlos Bender, explicó la decisión de reconvertirse en diálogo con Infobae en Vivo ante la crisis en el mercado local y la renovada competencia que significan los productos del exterior tras la eliminación de los aranceles para la importación de termos, decidida recientemente. La firma pasará a un esquema en el que cerca del 60% de su oferta será de termos importados, con diseño y control de calidad propios, mientras que el 40% restante se fabricará en la Argentina. Dentro de ese segmento local, continuarán elaborando el tradicional termo con ampolla de vidrio y en menor medida la línea de acero inoxidable.
La compañía no montó planta propia en Asia sino que contrató a un socio con presencia en China, encargado de supervisar el diseño y la calidad. Bender precisó: "Empezamos a desarrollar hace unos años porque esto es re-adaptarse o morir. Lo que hicimos fue tener gente en China que está produciendo con diseño de Lumilagro y está por entrar en el primer container". El objetivo es mantener precios competitivos en un mercado que cambió drásticamente en los últimos años.
El cambio de estrategia se produjo en un contexto de caída fuerte de la producción local y reducción del personal. La empresa implementó un plan de retiro voluntario y pasó de tener cerca de 200 empleados a poco más de 70.
Lumilagro fue, además, blanco de críticas de parte del ministro de Desregulación y Transformación del Estado, Federico Sturzenegger, a propósito de la discusión respecto de la protección a las industrias locales.
Además de la apertura importadora, Bender atribuyó buena parte de la crisis a la proliferación del contrabando. "Todo lo que es contrabando es dañino para la actividad industrial y comercial". Lumilagro obtuvo datos concretos para dimensionar el volumen que ingresaba por canales informales. Contó que la empresa accedió a información oficial de importaciones bolivianas y encontró cifras llamativas. Bolivia, con 12 millones y medio de habitantes y sin cultura de mate, importó más de 4 millones de termos de acero desde China a un valor unitario bajísimo. "Obviamente esos termos no quedaron en Bolivia, y la mayoría entraron a Argentina".
El gerente comercial criticó la dificultad de controlar un circuito que combina pasos de frontera formales con transporte ilegal en camiones. Según su descripción, el ingreso masivo de productos de acero de muy bajo precio y dudosa calidad erosionó las ventas de la industria local. Además, cuestionó los cambios normativos en el estampillado que complicaron la capacidad del consumidor para diferenciar un producto legal de uno ingresado irregularmente.
La empresa, históricamente dedicada a la fabricación de termos de vidrio, había iniciado años atrás el desarrollo de su propia línea de acero. Pero esa inversión en reconversión industrial quedó limitada por la competencia de productos mucho más baratos, sin controles de calidad equivalentes.
Con la combinación de importación y producción local, Lumilagro busca sostener su liderazgo en el segmento, aunque reconoce que el modelo tradicional de fábrica local, con alto volumen de producción y precios accesibles por economía de escala, no resultó viable ante la magnitud del comercio ilegal y los cambios en el consumo.
De este modo, la empresa que popularizó el termo de vidrio en millones de hogares argentinos decidió transformarse para seguir compitiendo en un contexto adverso, sin abandonar la fabricación local pero incorporando producción internacional bajo su marca para sostener la operación y los empleos que logró retener.
La noticia se conoce días después de que el Gobierno quitara los aranceles antidumping para la importación de termos y recipientes isotérmicos provenientes de China. La medida inicial fue tomada en 2001 y se renovó tres veces posteriormente. En este último caso, quedó sujeto a revisión frente al pedido de Lumilagro.
La Comisión Nacional de Comercio Exterior (CNCE) advirtió que el sector local no logró mejorar su desempeño pese a dos décadas de sostenimiento de las medidas de protección. Entre los indicadores relevados durante el período de revisión, se observaron caídas de 26,5% en la producción, 32% en las ventas internas y 31% en el empleo, además de un aumento en los niveles de stock y una marcada caída en la utilización de la capacidad instalada, que pasó del 51% en 2021 al 21% en 2024.