
Un importante refuerzo de defensas se llevó a cabo en un tramo de más de un kilómetro del Río Huaco, a la altura de la rotonda de la Ruta Nacional 150 y el Molino Viejo, lugar donde la creciente rompió y causó graves inundaciones en gran parte del distrito jachallero.
El trabajo incluyó la construcción de 1.200 metros de defensas, con la finalidad de prevenir futuros desastres. Además, continúan en plena ejecución las viviendas que se destinarán a los damnificados que perdieron sus hogares debido a las inundaciones.
En la madrugada del 8 de marzo, los habitantes del pueblo de Huaco fueron sorprendidos por una creciente que inundó varios barrios de la localidad, entre ellos el Barrio Nogales, Capilla, parte de las viviendas sobre la Avenida San Martín, y las de la calle La Paz en el Barrio Olivares. Este fenómeno dejó varias viviendas inhabitables, lo que obligó a las familias a buscar refugio en las casas de familiares.
El lunes 10 de marzo, el gobernador provincial visitó la zona afectada y prometió medidas inmediatas para paliar la situación. En este marco, se han iniciado los trabajos de construcción de dos de las seis viviendas proyectadas, ubicadas frente al Centro Integral Comunitario (CIC) y el Hospital de Huaco. Estas viviendas, que se ejecutan con fondos provinciales, se están levantando con materiales prefabricados que incluyen tergopol y mallas de acero, con un revestimiento térmico tanto exterior como interior. La obra tiene un plazo de ejecución de dos meses y cada unidad habitacional contará con cocina-comedor, dos dormitorios, baño y lavadero. En una segunda etapa, se les dotará de pozos negros y tanques de agua potable.
En paralelo, los huaqueños continúan recibiendo ayuda solidaria desde distintos puntos de la provincia, en forma de alimentos, agua y ropa, además de la asistencia brindada por los entes gubernamentales provinciales y municipales. El municipio también lleva adelante trabajos de reparación de calles afectadas, que se transformaron en ríos debido a la bajada de agua, y continúa con la limpieza de cunetas y desagües.
No obstante, algunos vecinos han expresado su preocupación y reclaman que las soluciones lleguen de manera más rápida y efectiva. Señalan que muchos de los damnificados aún se encuentran viviendo en condiciones precarias, al estar alojados en casas de familiares. En este sentido, insisten en la necesidad de que las viviendas sean entregadas lo antes posible, pues muchas de las familias afectadas pertenecen a sectores vulnerables.
Además, hay quienes cuestionan la seguridad de las defensas construidas a lo largo del río, advirtiendo que, ante una nueva creciente, estas podrían ceder, provocando un desastre similar al anterior. Por esta razón, exigen que se construyan estructuras de mallas de acero rellenas de ramas y piedras y muros más resistentes, que ofrezcan mayor seguridad frente a los montículos de arena y ripio que se colocaron en la zona. También piden que se realicen trabajos preventivos en otras áreas, como las que rodean el Río Chuclian, que causó estragos en el Barrio Capilla, y las cercanías de la vieja bodega, que en caso de ruptura, podrían inundar el centro de Huaco, la zona más densamente poblada.
La preocupación de los vecinos se centra también en la necesidad de encauzar el lecho del río para evitar futuros desbordes, que podrían tener consecuencias aún más graves para la comunidad.