El Papa advirtió: "Pero, al mismo tiempo, recordemos que cada adicto tiene una historia personal única y debe ser escuchado, comprendido, amado y, en la medida de lo posible, curado y purificado". En el que las Naciones Unidas designaron Día Mundial contra las Drogas, Francisco no distinguió entre las llamadas drogas blandas, como la marihuana, que fue legalizada para uso recreativo en varios países y algunos estados de los Estados Unidos, y las "duras", como la heroína y la cocaína.

"No podemos ignorar las malas intenciones y acciones de los narcotraficantes y traficantes. Son asesinos", añadió el Papa.   Francisco, de origen argentino, también condenó el "impacto destructivo" de la producción de drogas en el medio ambiente, diciendo que es "cada vez más evidente, por ejemplo, en la cuenca del Amazonas" en América Latina.